El
dilluns 30 de desembre de 1912, a les pàgines 3 i 4 del diari “LA VANGUARDIA”,
apareixia un article amb el títol: “En el Bajo Llobregat. Inauguración
de un ferrocarril”.
Es
tractava de la crònica d’un esdeveniment ocorregut un dia abans al qual es va
inaugurar la secció de Barcelona-Martorell (un passeig de 28 kilòmetres) de la nova línia ferroviària de via estreta que uniria Barcelona
amb Manresa, que s’iniciava a l’estació de Barcelona situada al final de la Gran
Via, tocant á la riera de Magòria. La nova infraestructura carrilaire era una
obra cabdal per a la comunicació de tots els pobles de la dreta del Llobregat
amb la capital catalana. “La Vanguardia” utilitzava més de 2.600 paraules per a
donar raó de tota la cerimònia d’inauguració, però a aquest recull només
inserirem la part de la crònica que va des de l’estació d’inici fins a la de
l’Hospitalet.
Per
cert, el comboi inaugural no es va detenir al nostre barri i encara que ho
hagués fet, el nom de Santa Eulàlia no hagués sortit a al noticia, car que
l’estació de la barriada de Provençana de l’Hospitalet, l’”estacioneta”, com
l’anomenaven els eulaliencs, es deia oficialment “l’abaixador de la Bordeta”. Certament,
no començava gaire bé la relació entre el “Carrilet” i el barri.
Deixem,
però, que el reporter que va cobrir la jornada expliqui amb les seves paraules el
seguiment de l’acte, des de l’inici del viatge fins a la arribada a la nostra
Ciutat:
“Pocas veces, en el cumplimiento de
nuestra misión informadora, hemos sentido la emoción que embarga en estos
momentos nuestro ánimo al reseñar la fiesta que se celebró ayer con motivo de
la inauguración de la línea de Barcelona á Manresa, construida por la compañía “Camino
de Hierro del Nordeste de España”. Y es que no siempre se da el caso, que ayer
se mostró con toda esplendidez, de que al fausto y pompa oficiales acompañen
los entusiasmos de toda una comarca, que ve convertidas en realidades sus mas
caras ilusiones, que contempla por primera vez lo que amarga y frecuentes
decepciones le habían conducido á considerar como sueño irrealizable.
La comarca del Bajo Llobregat, los
importantes pueblos de San Baudilio, Santa Coloma, Pallejá y San Andrés, que
durante tantos años habían luchado con constancia sin igual, con una
perseverancia que no bastaron á amortiguar los frecuentes desengaños sufridos,
para poseer una línea directa que fomente su comunicación con Barcelona y sirva
de vehículo á los productos de su industria y agricultura, sintieron ayer el
gozo vivísimo, la inmensa satisfacción de ver cumplidos sus deseos y pudieron
contemplar el paso de la locomotora que cruzaba veloz sus feraces campiñas,
como heraldo de futuras prosperidades y bienandanzas.
La naturaleza se asoció al júbilo de
aquellos vecindarios y un día espléndido de invierno, de temperatura agradable,
contribuyó á la mayor brillantez de la fiesta.
Los invitados. Bendición de las
obras
A la una y media de la tarde se
reunieron las autoridades y los demás invitados á la inauguración de la sección
Barcelona-Martorell, de la nueva línea, en la estación de Barcelona que se
levanta al final de la Granvía, junto á la riera de Magoria.
Formaban parte de la comitiva el
director general de Obras públicas, señor Zorita, que en representación del
ministro de Fomento vino de Madrid para asistir á la inauguración, acompañado
de los ingenieros señores Gelabert, jefe del servicio hidráulico, Núñez Arenas,
del negociado de tráfico y Martínez Diego, oficial primero del negociado de
construcción de ferrocarriles del ministerio de Fomento; el capitán general don
Valeriano Weyler, acompañado de su ayudante; el gobernador civil señor Sánchez
Anido; el obispo, doctor Laguarda; el diputado provincial por el distrito de
Villanueva-San Feliu, señor Jansana; que llevaba la representación del
presidente de la Diputación, señor Prat de la Riba; el delegado de Hacienda,
señor Eulate; los senadores señores Pons y Enrich y Girona; don José Bonet,
director del ferrocarril de Manresa á Berga; don Luis Nandes, director del
Central Catalán; don Mariano de Foronda, director de los Tranvías de Barcelona;
don José Cornet y Mas, de la Maquinista Terrestre y Marítima; don Carlos
Muntadas.
El ingeniero jefe de la división de
ferrocarriles, don Pedro García Faria y el segundo jefe don Ramón Montagut; el
jefe de Obras públicas, señor Martí; los ingenieros señores Cavestany, don
Narciso Amigó y don Ventura de la Vega; don Fernando Junoy; el arquitecto
municipal de Barcelona, señor Falqués; el arquitecto señor Doménech Estapá y el
médico de la compañía, doctor Lloveras.
Del alto personal de la compañía del
“Camino de Hierro del Nordeste de España” figuraban el administrador delegado
de la empresa, Mr. Ryndzunsky, el ingeniero director señor Lalieux, el
administrador señor Rózpide y el representante en Madrid de la empresa, señor
Hernández Rózpide.
El director de la compañía señor
Saliensi, el administrador, Salientini, y el secretario señor Boglia.
El representación del alcalde señor
Sostres, diputado provincial por los pueblos que recorre la línea, quien no
pudo asistir por tener que presidir la junta de vocales asociados, estuvo su
secretario particular señor Vives.
Frente al edificio de la estación se
congregó numeroso público para presenciar la llegada de las autoridades y demás
invitados. Junto al andén se hallaba formado el tren en que se había de
efectuar el recorrido de la línea, compuesto de la máquina, furgón de cabeza y
cinco coches.
La locomotora se hallaba adornada
con guirnaldas de flores y follaje, figurando en su parte delantera el escudo
de España orlado con banderas nacionales, de Bélgica y de la región.
Poco después de la una y media el
doctor Laguarda, revestido en pontifical, con báculo y mitra, bendijo el tren,
la línea y las obras, asistido del Rdo. Reig, cura párroco de Hostafranchs, y
de su vicario Rdo. Massó.
Terminada la ceremonia, subieron al
tren los invitados, entre los que figuraban los señores ya citados
anteriormente, los sacerdotes últimamente mencionados, los representantes de la
prensa local, fotógrafos y corresponsales, los inspectores señores Martorell y
Eloy y algunos otros señores.
Al ponerse el tren en marcha resonó
un nutrido aplauso, dado por el público que presenció la salida.
El trazado
Al salir de la estación la línea se
desliza por las afueras de las barriadas de Hostafranchs y la Bordeta, cruzando
feraces huertas y bordeando casas de labranza y algunas fábricas. En la mayoría
de estos edificios salieron sus moradores á la puerta ó se asomaron á sus
respectivas galerías, saludando el paso del convoy con aplausos y ondeando los
pañuelos.
El tren pasó sin detenerse por el
apeadero de la Bordeta, efectuando su primera parada en la estación de
Hospitalet, en donde esperaban el alcalde, el juez municipal, las demás
autoridades locales y numeroso público, que saludó á los expedicionarios
respetuosamente. Las autoridades locales cumplimentaron á los señores capitán
general y obispo.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario